Terminé "CINCO INVIERNOS" de la escritora y periodista española Olga Merino. (Editorial Alfaguara - 2022)
Olga Merino con apenas 28 años y con la firme aspiración de ser escritora, se aventura como corresponsal del diario español El Periódico en una tierra tan particular como es Rusia cuando acababa de desplomarse el imperio soviético.
Merino, entre 1993 y 1998, vivirá no solo un cambio de época sino también muchos momentos que marcarán su vida personal.
Cinco inviernos está entre la crónica y un diario personal de esos años en Rusia que le permitieron a la autora conocer a un pueblo, sus penurias, sus adversidades, su burocracia infinita y adentrarse en la cultura y la literatura rusa. Es un relato donde abunda la amistad, la soledad, las imágenes de una Rusia profunda, las anécdotas, el humor, la ternura, la cotidianidad, ruda cotidianidad. Merino sostiene un buen equilibro entre las vivencia de la joven corresponsal y la escritora de hoy, la que recupera durante los confinamientos pandémicos las viejas libretas, esas con anotaciones de "cinco inviernos" vividos para convertirlas en un retrato interesante y sensible de una Rusia que ya es otra.
"No quería perder ni una migaja ni que el recuerdo distorsionara la experiencia de Moscú. Tenía entonces veintiocho años recién cumplidos, una edad en la que , como escribió Vila-Matas, "yo estaba tan disponible ante la vida que cualquier disparate se podía infiltrar en ella y cambiármela"
Mucho de lo dicho por Olga Merino en Cinco inviernos me hicieron acordar a la primera vez que visité Rusia, cuando Rusia todavía se llamaba Unión Soviética. Pensé en el precioso libro de Liliana Villanueva, Sombras Rusas, en la inmensa literatura rusa, en el Archipiélago Gulag que intenté leer a los 20 años y creo que nunca lo terminé (¿o si? ) Pensé en Svetlana Aleksiévich, en mi segundo viaje, en la fantástica colección Morozov que vi hace poco en la Fundación Louis Vuitton de Paris, en que volvería a ver Doctor Zhivago y pensé en el HOY, en la actualidad, en la realidad política del momento que apabulla y que entristece.
"El sentimiento de nostalgia viene acrecentado por la interminable extensión de Rusia, con once husos horarios, el país más grande del mundo, en cuya superficie caben treinta y cuatro Españas, por sus llanuras inabarcables, la inmensidad de los páramos, el despojamiento que imponen las enormes distancias, descrito con aguda perceptibilidad en la novela corta La Estepa, otra vez (y siempre) de Chéjov..."
"Desde luego, si en algún lugar "tombe la neige" desaforadamente es en la literatura rusa. Pushkin, Gógol Tolstói, Chéjov... Casi todos los grandes clásicos han escrito sobre el crujido de las pisadas en la nieve, sobre el silencio blanco, sobre la larga estación que invita al ensimismamiento, a la melancolía, a la ensoñación, sobre esos nueve meses en que el cuerpo y la mente se sumen en un especie de duermevela..."
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