La primera vez que viajé a Rusia todavía se llamaba Unión Soviética. Puede que haya sido el vuelo inaugural de Aeroflot Buenos Aires-Moscú, si no fue el primero, habrá sido el segundo. Después de una escala en Dakar y Budapest, llegamos el día de los funerales oficiales del presidente del momento, no me acuerdo si era Brezhnev o Andropov pero en todo caso la Plaza Roja estaba colmada, atestada, repleta de gente. Una imagen difícil de olvidar. Aún hoy, cuando busco en google las fotos me parece increíble haber estado ahí. Por esa misma razón no pudimos visitar todos los edificios que rodean y forman parte de la plaza. No guardo fotos de ese viaje. Aún era la URSS y no teníamos muchas posibilidades de sacar fotos, salvo los fotógrafos que viajaban en el grupo que contaban con una autorización. Además no existían los teléfonos inteligentes, los ipad ni nada similar para sacar a escondidas algún recuerdito. Fue un viaje increíble. Moscú, Tashken (Tasken, hoy Uzbekistan), el lago Baikal (llegamos el día de la primavera y con miles de grados bajo cero) Estábamos permanentemente vigilados y acompañados pero esto no me impidió vivir este viaje increíble.
La segunda que viajé a URSS, en el AÑO 2013, ya era Rusia, la Rusia de Putin, la Nueva Rusia, la Rusia con comercios privados, con turistas por todos lados, la Rusia con cadenas de hoteles no estatales, la Rusia con Mc.Donalds y Louis Vuitton pero que no había perdido nada de su misterio. Claro, no hay más trueques de un jean por algunos dólares falsos o una lata de caviar ni la sensación de entrar a callejuelas dignas de una película de James Bond o de épocas pasadas, pero los museos, las cúpulas, los estrictos cambios de guardia, la vodka, la literatura, el Bolshoi estaban ahí. Esta vez solo hicimos Moscú y San Petesburgo.
¿Fotos de este segundo viaje? Tengo muchas muchas y publicaría todas pero bueno, no quiero abusar.
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