Cuando leí el libro Sombras Rusas de Liliana Villanueva comenté:
Sombras Rusas, además de ser un libro de crónicas sobre Rusia, un diario de viajes y experiencias, es un libro LINDO. Suena ridículo este adjetivo, con poco vuelo, lo que quieran, pero la verdad que es el que me parece más adecuado. Es un libro LINDO, expresivo, divertido que a lo largo de sus 267 páginas me hizo viajar por Rusia.
Y con OTOÑO ALEMÁN, otra vez, Liliana, con su forma de contar directa, sensible y con humor me paseó por una ciudad que apenas conozco y me transportó a un hecho de la historia que cambió al mundo.
La autora hila en esta obra su vida personal, la amistad, su profesión como arquitecta con el momento histórico que le tocó vivir como testigo circunstancial: la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. También presenció y vivió la confusión de la Alemania dividida durante años, del desmoronamiento de dos Alemanias enfrentadas y de su incipiente reunificación.
Es un libro de recuerdos, de adaptaciones, vivencias y una declaración de amor por Berlín, su gente y su mundo. Todos estos elementos son los protagonistas de esta historia franca y transparente.
"Haber vivido en primera línea la "caída" del Muro o la transición de Rusia al capitalismo me sensibilizó todavía más hacia las historias de las personas que sufrieron esos hechos como para caer en lugares comunes del periodismo, en abstracciones o en la simplificación del relato histórico"
Liliana Villanueva
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