LA VOZ DE LA MADRE es la última novela de la escritora argentina Silvia Arazi. Como en su libro La separación que comenté en su momento, Silvia nos lleva a un viaje íntimo, muy personal, a otra separación, real, dolorosa y definitiva: la muerte de su madre.
"...son páginas que escribo a fuego lento, entre largos valles de silencio, con el único anhelo, tal vez, de recordar esa voz..."
La voz de la madre es un homenaje a su madre aunque también lo es para todas las madres, a las que nos acompañaron y acompañamos, a las que perdimos, a la que nunca olvidamos, a las que nunca mueren porque a pesar del dolor, de la pérdida, perduran en nosotros.
“… Ahora es ella quien vive en mi. Me habita. Su voz me habla, me aconseja, llora conmigo ..." - dice la autora
Pero si bien es la historia de un duelo, del final de una vida, es al mismo tiempo un recorrido por la propia infancia de Silvia, su juventud, su familia, sus recuerdos, los vínculos, la maternidad, las presencias y ausencias.
A medida que iba leyendo esta "historia de amor", como bien la define Silvia, me preguntaba ¿cómo iba a hacer un pequeño comentario sobre este libro sin plasmar en él mi propia experiencia, triste experiencia, de perder a mi madre?
Es un libro muy pequeño, de apenas unas ciento sesenta páginas, pero en cada capítulo encontré un destello de mis recuerdos.
Cuando Silvia dice "Era mi hermana, para decirme que mi madre había muerto..." pensé en el momento en el que, viviendo yo en Abu Dhabi, mi hermano me anunció por teléfono la muerte de papá. Pensé cuando, años después, fui yo la que tuvo que anunciarle la muerte de mamá a mi hermana que vivía en ese momento en España.
Cuando Silvia habla del "púlover celeste" de su madre pensé en el camisón que le regalé a mamá horas antes de una operación a la que no sobrevivió y que aún lo conservo en su paquete original.
Cuando Silvia habla de la cocina de su madre pensé en los ñoquis de la mía, en sus scons, en sus galletitas con las que nos entretenía los días grises.
Cuando Silvia habla del vestido de novia de su madre a lo Liz Taylor pensé en la fascinación que tenía la mía por todo lo que lucía Grace Kelly.
Cuando Silvia habla de Yves Montand pensé en el amor incondicional de mamá por Charles Aznavour.
Cuando Silvia cuenta "Lo que más extraño de mi madre es su voz. Si bien la tengo muy presente, me asusta la idea de que esa voz termine por desvancecerse en mi memoria. Me reprocho no haber guardado aún mensaje suyo en mi celular" pensé en el cassette (no existían los celulares) que conservo con anécdotas familiares bien contadas por mamá.
Cuando Silvia habla del punto cruz pensé en el mantel que bordé con mi madre y al que le dediqué un cuento.
Cuando Silvia dice "Nunca más su voz dirá mi nombre junto a mí, dice uno de los pocos tangos que recuerdo... " pienso en la cantidad de veces que intento no olvidar la suavidad de las manos de papá o la linda voz de maestra, clara, risueña, de mamá.
En fin, como ven mi pregunta de ¿cómo iba a hacer un pequeño comentario sobre este libro sin plasmar en él mi propia experiencia, triste experiencia, de perder a mi madre? no era banal porque leyendo LA VOZ DE LA MADRE no pude desprenderme de mis recuerdos, de mis pérdidas que aún, pasados muchos años, las lloro.
Si tuviera que elegir un párrafo para terminar este pequeño comentario, reconozco que muy personal, sobre este libro, sensible y podría decir sanador, sería el siguiente:
"A nadie le gusta pensar en las miserias de la vejez, en la enfermedad ni en la muerte. Tampoco a mí. Tal vez porque para poder seguir viviendo necesitamos caminar como niños ciegos y despreocupados, por la vereda del sol."
Comentarios