La trama parte varios años después de INDEPENDENCIA (el segundo volumen de la trilogía que despertó tanto odio entre los acérrimos independentistas catalanes) y por supuesto, otra vez, Melchor Marín es el gran protagonista.
Melchor ya no es policía ni forma parte del cuerpo de los Mossos d’Esquadra, ahora trabaja como bibliotecario, en Gandesa, en la Terra Alta, allí donde conoció a su esposa y donde vive con su hija, Cosette, una adolescente rebelde que no comprende ni acepta que su padre le haya ocultado cómo murió su madre.
Cuando Cosette decide irse a Mallorca con su mejor amiga a pasar unas cortas vacaciones, decide demostrar su enojo a su padre y no volver del viaje en la fecha prevista por la necesidad de estar sola y pensar.
Pero al no volver ni contestar las llamadas de su padre, Melchor Marín, con la experiencia y el instinto de policía, sin perder un segundo, decide ir a la isla a buscarla y rastrear los últimos movimientos.
Al iniciar la búsqueda de su hija se enfrenta a la inactividad e indiferencia de las autoridades locales y la desesperación por encontrar a Cosette viva se agranda. Melchor siente que se le van cerrando puertas hasta que alguien le habla de la mansión de un multimillonario en un extremo de la isla, cerca de Pollensa, donde invitan a chicas jóvenes a participar en fiestas lujosas.
No contaré más detalles porque se perdería el hilo de la intriga pero les diré que Melchor Marín empieza así una misión suicida, una investigación en la que necesitará ayuda y contar con amigos, buenos amigos, para destapar una serie de casos de agresiones sexuales entre las altas esferas de la isla de Mallorca.
Y es allí, en esta misión casi imposible, donde empieza la gran trama de este historia y se disfruta la pluma de un escritor como Cercas.
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