En mi último viaje a Buenos Aires, buscaba sin éxito, el libro ARQUITEXTOS del arquitecto y amigo Luis Grossman. No solo porque era el libro de alquilen que quiero mucho sino porque quería regalárselo a mi hijo, estudiante de arquitectura. Y en una de mis últimas tardes en Buenos Aires, entré, ya sin muchas esperanzas, a una librería de la avenida Cabildo y pregunté nuevamente por este libro.
Como por arte de magia la vendedora me contestó:
-Acabamos de recibirlo.
Como por arte de magia la vendedora me contestó:
-Acabamos de recibirlo.
Lo sacó de una caja y me lo dio. Casi la beso de emoción. Lo compré inmediatamente.
Al día siguiente de este mágico encuentro con ARQUITEXTOS, mi hermano y yo teníamos cita con Luis Grossman, el arquitecto, el autor y el amigo, en un café frente a la plaza San Martín, una de las más lindas de Buenos Aires.
Yo llegué con mi ARQUITEXTOS bajo el brazo, y Luis, el amigo de los Viacava de toda la vida, con su sombrero Panamá y con un largo abrazo, de esos que sólo los amigos saben dar.
Luis conoció a mi padre , José Daniel Viacava, cuando papá era dibujante de arquitectura en el estudio del ingeniero Teitelbaum y Luis, jefe de proyectos en la oficina del ingeniero Mario Guibert.
" Teníamos muchos rasgos en común, casados y padres precoces, amantes de la arquitectura, la plástica y la literatura, la música y el tango. Eran, por otra parte, los años posteriores a la caída del peronismo y se avecinaba la corriente desarrollista, que vendría a vigorizar la política y los movimientos artísticos e intelectuales de los años sesenta. Nuestras tertulias de café se completaban con la presencia de Fernando Guibert, abogado y poeta (hermano del ingeniero Mario Guibert) y con una erudición tanguera y porteñista que sólo podía confrontar con Daniel". Después de diez años del primer encuentro, Daniel, ya redactor de diario La Nación puso en marcha una idea que alimentaba desde hacía mucho tiempo: la creación de una página de arquitectura de aparición semanal. Y como era previsible, me pidió algunas obras para publicar y redactar notas sobre temas específicos para la sección de los miércoles. Fuimos los pioneros del periodismo de arquitectura".
Y mientras Luis nos contaba sobre su puesto como Director General del Casco Histôrico de Buenos Aires, los hijos, el recuerdo eterno de su mujer Perla, la vida, y lo mucho que extraña la "breve sonrisa de Daniel, revisando el suplemento de punta a rabo, con elogios y reparos", yo acariciaba el libro ARQUITEXTOS. Escondiendo mis lágrimas detrás de una medialuna y un café, le acerqué el libro para que me lo dedicara. Yo sabîa que en las últimas páginas del libro estaba la foto de mi padre y el arquitexto "La vida necesaria" que Luis le había dedicado hace mucho tiempo. Y Luis, emocionado, escribío en la primera página con letra de arquitecto : "Para Paul, de la estirpe de mis queridos Viacava, el mejor augurio y mi más afectuoso recuerdo".
Gracias Luis por este momento.
Comentarios
Mireya querida,
me provocaste un río turbulento de emociones al
leer esas evocaciones que gracias a vos renacen
en la memoria.
Sos muy generosa, Mireya, y te deseo lo mejor
en tu idea de homenajear a tu madre.
Avisame en qué puedo ayudar y lo haré.
Un gran abrazo con mi recuerdo para Pascal y
para tus hijos.
Luis