1. Noches Blancas, una de las primeras novelas, muy cortita, de Dostoyevski.
Se conoce como "Noches blancas" al fenómeno natural que suele ocurrir durante los cortos veranos de Rusia: puestas de sol tardías, amaneceres más temprano y las noches nunca son oscuras por completo.
En ese ambiente, Dostoyevski situa al protagonista y narrador, un joven solitario, soñador, aislado de la realidad y con una apagada existencia.
Durante uno de sus acostumbrados paseos nocturnos por las calles de San Petersburgo, se encuentra con Nástenka, una joven que también se siente atrapada en su propia soledad.
Bastan solo cuatro noches y una mañana, para que los protagonistas compartan sus vidas y secretos.
En muy pocas páginas Dostoyevski presenta verdaderas reflexiones sobre la soledad, el amor, los sueños, los deseos. Me gustó mucho, un clásico.
2. Por favor, cuida de mamá, una novela de la escritora coreana Kyung-sook Shin. Confieso que me entusiasmó el título, la novela un poco menos.
Una señora de 69 años con signos de una salud frágil desaparece en medio de la multitud al separarse de su marido cuando se cierran las puertas de un tren en Seúl. Su familia emprende su búsqueda pero, a medida que pasa el tiempo, en cada integrante de la familia surgen los cuestionamientos, los recuerdos, los desconocimientos sobre "esa mujer que llaman mamá"
"¿Cómo hemos podido pensar en mamá como mamá toda su vida? ...¿Por qué pensamos que mamá fue mamá desde el principio? ...¿Por qué nunca paré a pensar en los sueños de mamá? "
"Caes en la cuenta de que solías pensar en mamá cuando algo no iba bien en tu vida porque cuando pensabas en ella era como si las cosas volvieran a encarrilarse..."
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