Vi PÁLPITO, un producción colombiana dirigida por Leonardo Padrón, el escritor y guionista venezolano.
Resultado: uno de esos culebrones con los ingredientes típicos de corrupción, poder, infidelidad, violencia, sexo. Una producción bien latina, bien "chingada", con acentos colombianos, mejicanos, argentinos., con muchos "cabrones", "pinche", "huevones", "güey!" , con escenas mamarrachas pero bueno más allá de estos detallitos 🤣🤣, hay dos temas de esta serie que no son baladíes si lo pensamos bien, y obviamos las exageraciones de la serie, que son: el tráfico de órganos, la importancia de la donación de órganos.
Les parecerá una pavada que haga este comentario sobre una serie del montón de Netflix pero cuando la terminé, me quedé pensando en esos temas.
El tráfico de órganos es un fenómeno que, aunque a veces parece mítico, tiene una presencia real en el mundo porque el tráfico de órganos no tiene fronteras ni límites.
Se estima que al menos el 10% de los trasplantes de órganos se realiza de manera ilegal. Esta cifra podría ser aún mayor en América Latina, debido a la corrupción, la pobreza y la debilidad del sistema judicial.
Según leí en la WHO , los graves problemas que favorecen las prácticas ilegales del tráfico de órganos o la comercialización de tejidos son el escaso compromiso institucional y político de los países, la falta de leyes, marcos éticos, supervisión, regulación, normas y la escasa toma de conciencia y conocimiento de la sociedad, de nosotros mismos, así como la resistencia cultural y religiosa en relación con la donación y el valor de los trasplantes.
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