Y sí, la vi enterita y confieso que más allá de lo meloso, de la puesta en escena, del lagrimeo, del show-off , el documental de Harry & Meghan me resultó interesante.
¿Interesante?
Sí, ya sé que muchos no perderían ni un minuto en estas menudencias de la realeza y de ultraricos quejosos pero a mí, apoltronada en mi cama, lo que me interesó es el papel que juega la prensa en todo esto ( más aún la despiadada prensa británica) y las redes sociales. No es ninguna novedad.Casos hay montones pero no deja de sorprenderme. Es la era en la que vivimos, terrible era.
El documental está bien hecho y finalmente ¿Por qué no creer en estas historias y luchas palaciegas que existieron desde siempre y uno lee en los libros de historia?
Ella de tonta no tiene ni un pelo (no lo digo con maldad), él parece más feliz que pez en el agua y bueno... que sean felices para siempre y coman perdices. Y si pueden (claro que pueden) , al menos un poquito, compartir las perdices, desempolvar viejas tradiciones y enfrentar a la prensa escandalosa ¡mucho mejor!
Así sea.
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