En pocas horas terminé este pequeño libro de la escritora irlandesa Claire Keegan.
Esta ficción, situada en el invierno de 1985 de un pequeño pueblo irlandés, está dentro de un contexto histórico bien real: la horrible historia de las "lavanderías de la Magdalena", un sistema de asilos que fueron dirigidos por órdenes católicas con complicidad del Estado.
No se saben cuántas niñas y mujeres fueron obligadas a trabajar en estas instituciones. Dicen que podrían ser 10,000 porque la mayoría de los registros fueron destruidos, perdidos pero parece que la cifra más precisa es de 30.000.
Esas mujeres (muchas de ellas madres solteras, obligadas a dar a sus bebés en adopción) fueron confinadas, detenidas y forzadas a trabajar en las lavanderías-asilos que comenzaron a operar en la década de 1920 y que estuvieron vigentes hasta los años 90.
La última de estas instituciones fue cerrada en 1996. La disculpa estatal formal y la compensación recién llegó en el 2013.
El personaje central, Bill Furlong, el vendedor de carbón y madera, descubre el secreto que todos saben.
"...se preguntó qué sentido tenía estar vivo sin ayudarse los unos a los otros. ¿Era posible seguir adelante a lo largo de todos los años, de décadas, de toda una vida, sin ser lo suficientemente valiente como para ir en contra de lo establecido, y sin embargo, llamarse cristiano, y enfrentarse al espejo?..."
Cosas pequeñas, pequeñas cosas que nos hacen ver lo importante.
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