Si uno va muy temprano puede ver el puerto y su gente en plena actividad, ver el momento de la descarga de lo que se ha capturado a la noche.
Si uno va al mediodía puede comer en alguno de los restaurantes que están frente al puerto viendo el color de los barcos.
Si uno va a la tarde se encontrará con una población tranquila, de casas bajas, blancas, casi detenida en el tiempo y a los pescadores jugando a las cartas.
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