Acabo de terminar el reciente libro de la escritora y periodista ROSA MONTERO: EL PELIGRO DE ESTAR CUERDA, un ensayo-ficción sobre los vínculos entre la creatividad y la inestabilidad mental.
Hace mucho tiempo que leo a Rosa Montero. He leído muchas de sus novelas, me gustan y leo regularmente sus columnas en El País y me gustan pero, cuando El peligro de estar cuerda se presentó, dudé en comprarlo. El tema me daba miedo.
Tanta locura, suicidios, depresiones, adicciones, trastornos mentales, obsesiones por más creativos que fueran me producían cierta aprensión. Pero finalmente, atraída por los buenos comentarios, decidí leerlo y claro está que no me arrepiento.
Es un libro …¿cómo podría definirlo? Un libro generoso, creo que esa es la palabra. Generoso y respetuoso frente a enfermedades mentales, a altos y bajos psíquicos, a la incomprensión, a esa genialidad que es la creatividad artística tantas veces sufrida, trágica, apaleada que pone al borde del precipicio a más de uno.
No se trata de un relato morboso ni de cómo sacarle el jugo a las desgracias; se trata de un relato bien documentado, bien escrito, sensible, con "curiosidades" que nos deja atónitos y con más de una lágrima a flor de piel frente a tanto ensañamiento de la vida con algunos seres.
"La lamentable y magnífica familia de los nerviosos es la sal de la tierra. Todo lo que conocemos que es grande proviene de los nerviosos", decía Marcel Proust..."
No podría (ni siquiera lo intentaría) resumirles las reflexiones "sobre la creatividad y la locura" porque hay muchas reseñas profesionales más válidas de lo que yo, simple lectora, podría decirles.
¿Qué me dejó este libro?
1. La sorpresa por la inmensa capacidad de lectura de los autores en general. ¿Cómo se puede leer tanto y además comer, levantarse, bañarse, dar conferencias, enamorarse, viajar y escribir sin parar?
2. La admiración por el arte de hilvanar historias tan difíciles, vidas truncadas, maltratadas de una forma tan sencilla y comprensible.
3. La posibilidad de conocer historias (desgarradoras historias) como la de Kate Millett, Janet Frame o Sylvia Plath.
4. Enfrentarse (más bien enfrentarme como con tantos otros textos) a grandes fantasmas : la vejez y la muerte.
"La vida es un sueño diminuto, un espejismo de luz en una eternidad de oscuridades. Y eso es nada, y es todo" (RM)
"...Siempre he pensado que escribo, entre otras razones, para intentar perderle el miedo a la muerte" (RM)
"La edad es una traición del cuerpo; por dentro, como sostenía Wilde, nunca se envejece" (RM)
"Y cuando mi esqueleto descanse en el ataúd, si es que tengo uno, no habrá nada que me arrebate las magníficas noches que me he pasado frente a la máquina de escribir" dijo Bukowski " (Charles Bukowski, el poeta maldito)
5. Observar la valentía con la que R.M desnuda sus propios miedos, sus experiencias al borde del abismo y el peligro de estar cuerda sin dejar de creer en las "hadas que dan un don". "...Porque crear no solo te posibilita vivir (...) sino que además esa vida que te ofrece es maravillosa, de una intensidad, una plenitud y un vuelo sin igual..."
5. Hacerse las ingenuas preguntas de siempre ¿Quién es loco, quién es cuerdo? ¿Vale la obra de alguien que necesita el desenfreno para crear? ¿Vidas trágicas-grandes obras?
6. Y el placer de leer dos pequeños relatos, bien reales pero de novela: el de la ballena canadiense y el de la sombra, la carta y la historia de Bárbara, la misteriosa Bárbara.
Más información en el sitio oficial de Rosa Montero
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