"«Abandono», «se me hizo muy pesado», «largo y desordenado», «lento y repetitivo»... estas son algunas de las reacciones que LOS VENCEJOS, el nuevo libro de Fernando Aramburu, provoca en sus lectores, y no son las peores. Hablan así los que atraídos por el éxito fulgurante de Patria esperaban una novela de corte similar..." (del diario La Voz de Galicia )
Sí, eso se esperaba de "Los Vencejos* pero la última novela del escritor español, publicada después de cinco años del éxito de "Patria", es otra, otra novela, no es Patria, no es similar, es otra, distinta, una novela que no es para todos los públicos, considerada por muchos lectores y críticos como bastante menos extraordinaria y sobre todo voluminosa.
Personalmente me resultó densa y cuando digo densa no refiero solo a sus 700 páginas sino porque me costó mucho leerla. Densa porque su personaje central, Toni, no es fácil de digerir. densa porque es polítcamente incorrecta y densa porque requiere buena disposición para acabarla.
¿Quién es ese personaje central poco amable? Es Toni, un profesor de filosofía, cincuentón, hartito de su vida, peleado con el mundo, huraño, pero franco que se da un año para terminar con su vida.
Durante 700 páginas Toni repasará su pasado, su presente y organizará serenamente, meticulosamente, su muerte. A lo largo de las 700 páginas Toni reflexionará con sarcasmo, con ironía, con desparpajo sobre su vida, sus relaciones, la actualidad, el mundo. Toni, se desprenderá de sus pertenencias poco a poco, pondrá en orden sus asuntos y sobre todo redactará a diario en su piso de Madrid –donde reside junto a Pepa, su perra y una biblioteca que va deprendíendose– anotaciones en las que recuerda y plasma sus experiencias, sus pensamientos.
"Mi proyecto para el 2019 es que me quitaré la vida en la nochel del 31 de julio al 1 de agosto, no sé todavía dónde ni cómo. Llegado el momento, ya tomaré la decisión que corresponda..."
"No me gusta la vida. La vida será todo lo bella que afirman algunos cantantes y poetas, pero a mí no me gusta. Que no me venga nadie con alabanzas al cielo del ocaso, a la música y a las rayas de los tigres. A la mierda toda esa decoración. La vida me parece un invento perverso, mal concebido y peor ejecutado. A mí me gustaría que Dios existiera para pedirle cuentas. Para decirle a la cara lo que es: un chapucero..."
Los vencejos* me dio trabajo. Una novela que me pareció repetitiva, tediosa, por momentos muy incómoda, tanto que por la página 250 pensé en dejarla pero me dije: "Aramburu no me puede desilusionar así" pero seguí y seguí porque encontraba párrafos que me gustaban, frases que me interesaban. Y cuando llegué a la página 450, ya me había acostumbrado al desasosiego de este profesor de filosofía que se "aparta de la realidad para observarla a través de los libros" y a la sociedad en la que le (nos) ha tocado vivir.
"... No entiendo que los seres humanos tras tantos siglos de horrores, sigan creyendo en la posibilidad de un paraíso social en la Tierra..."
"...Yo no soy un especialista en conductas humanas, aunque algo he visto y algo sé. La muerte del padre golpea por fuera; parece como que de pronto uno tiene que asumir responsabilidades (...) el sitio del difunto. Una madre es insustituible. La muerte de la madre duela más adentro y te deja como desamparado, desnudo y recién nacido, aunque tengas como yo más de cincuenta años... "
El libro está dividido en meses-capítulos en los que la vida del protagonista avanza a modo de diario. Marzo y Abril me aburrieron mucho y estoy segura que los leí salteando líneas pero cuando llegué a Junio, solo con la inercia de saber si Toni iba a cumplir su cometido: el de matarse, descubrí que el pesimismo, la procacidad que reina en casi toda la novela se apaciguaba y surgían toques y rasgos amables que salvaron mis horas de lectura.
Nunca me atrevería a decir que es una novela mala, porque tiene obviamente la pluma de Aramburu, pero confieso que me resultó una historia larga y que lo que cuenta podría haberse dicho mejor si el autor hubiera recortado una gran cantidad de páginas de las setecientas finales.
Hace poco leí en un blog "Aramburu pasará con mayúsculas a la historia de la literatura, pero como el autor de “Patria” . Las redes sociales y muchos críticos la han juzgado mal pero yo no seré tan dura porque un personaje (un autor) que puede decir cosas como las que transcribo merece ser leído.
" El mundo sería, no sé si más bello, pero seguramente más pacífico, si todos los hombres conocieran desde la niñez la hora precisa de su última toma de oxígeno."
“Los vencejos no volverán hasta la próxima primavera. Me han dejado solo con toda la masa humana que me agobia y me saca de quicio. He leído que los vencejos emigran hasta más allá del Sáhara, hasta Uganda y por ahí, y que pasan la mayor parte de su vida en el aire. Justamente lo que yo habría deseado: no tocar el suelo, no rozarme con nadie”.
*Los vencejos son pájaros de 20 cm de longitud, con una cola muy larga, con alas también largas y puntiagudas, plumaje blanco en la garganta y negro en el resto del cuerpo y pico pequeño algo encorvado en la punta. Son aves de temporada en España, se alimenta de insectos y anida en los aleros de los tejados.
Comentarios