Hace apenas 10 días, consternada por la matanza de Búfalo (Nueva York) en la que Payton S. Gendron, un joven blanco de 18 años, mató en un supermercado de la ciudad a 10 personas, en su mayoría negras. El joven Payton estaba fuertemente armado y actuó movido por “motivaciones racistas”. La noticia me impactó, me dejó abatida por la inacción del mundo frente a estas tragedias y solo pude compartir en las redes sociales una nota que había publicado en mi revista en el 2018. Ayer, 24 de mayo, una vez más, un joven de apenas 18 años irrumpió armado en una escuela primaria. Entró con una pistola y un rifle de asalto semiautomático que aparentemente él mismo se había regalado para su cumpleaños y comenzó a disparar sin importar si eran niños, maestros o adultos. Mató a 19 niños y 2 profesores. Un acto atroz que se suma a una larga lista de los horrores que deja la violencia con armas de fuego en Estados Unidos. El tiempo pasa, gente inocente muere y no se hace nada. Solo debería
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