Año 2000 - Ngapali, un pueblo de pescadores con una playa solitaria donde, de vez en cuando, cruzaban bueyes, perros cazadores de cangrejos y algún caballo para adornar el paisaje.
Había 2 "guest house" que en ese entonces obviamente pertenecían al estado (ahora no sé). Una muy destartalada y otra algo más organizada: "Silver Beach", hoy hotel. Nuestro primer 31 de diciembre birmano lo festejamos allí. Comimos langostas mañana, tarde y noche y a la noche, bajo la luz de la luna y de las velas porque los generadores eléctricos eran un lujo. Fuimos muchas veces más, con los chicos, con amigos, con familia y aunque el turismo avanzaba y los hoteles crecían como champiñones, la playa de Ngapali nos dejó el recuerdo de playas soñadas. Seguramente ahora solo sea un recuerdo y si volviera me desilusionaría. Hay recuerdos que mejor no tocar.
Comentarios