El domingo leí un artículo muy interesante de Silvia Pisani, corresponsal del diario La Nación en EE.UU. El título: EL PASO DE LOS SIN SUERTE QUE NADIE VE
Pisani hablaba justamente de lo que vemos pero que nos hacemos los que no vemos. Hablaba sobre la cifra de desplazados en estos últimos 3 años. Superó la registrada en la Segunda Guerra Mundial. Cerca de 60 millones... de desplazados, de personas como vos, como yo, como usted intentando vivir, sobrevivir.
Todo tarda, se posterga como si los refugiados, los desplazados, los sin suerte, tuvieran toda la vida por delante, como si todos tuvieran que pagar con la vida y el dolor haber nacido donde han nacido. Todo tarda y cuanto más pasa el tiempo surge lo peor de los gobiernos, lo peor de nosotros mismos. El egoísmo, la indiferencia, la mezquindad, el qué me importa, el resentimiento...sale, todo eso sale en momentos extremos, en guerras injustas, en dolores que no son nuestros.
"Para que triunfe el mal sólo es necesario que los buenos no hagan nada " diagnosticó el liberal británico Edmund Burke ..." dice Silvia Pisani - pocas palabras para una frase tan fuerte.
El paso de los sin suerte, del que habla Silvia Pisani, avanza y lamentablemente todos formamos parte de la naturalización del drama, del mirar para otro lado. Todos. Yo, vos, el otro, el vecino, el que no sabe, el que sabe...
Las reuniones carísimas y las cumbres de países poderosos siguen llevándose a cabo, todos los días, aunque siguen sin saber qué hacer. Mientras las listas de ahogados se extienden por los pasillos y los eurodiputados las pisan, la realidad golpea fuerte a los sin suerte.
Pisani hablaba justamente de lo que vemos pero que nos hacemos los que no vemos. Hablaba sobre la cifra de desplazados en estos últimos 3 años. Superó la registrada en la Segunda Guerra Mundial. Cerca de 60 millones... de desplazados, de personas como vos, como yo, como usted intentando vivir, sobrevivir.
Terrible
¿Y saben lo peor? que los poderosos siguen de reunión en reunión. Todos siguen "diseñando medidas decisivas" "estrategias" y "creando políticas" . Todos se llenan la boca con promesas, encuentros carísimos, reuniones cumbres pisando alfombras rojas mientras que para otros la espera se hace eterna. Las medidas tardan en llegar y la situación se empeora. Se hunde, se ahoga. Todo tarda, se posterga como si los refugiados, los desplazados, los sin suerte, tuvieran toda la vida por delante, como si todos tuvieran que pagar con la vida y el dolor haber nacido donde han nacido. Todo tarda y cuanto más pasa el tiempo surge lo peor de los gobiernos, lo peor de nosotros mismos. El egoísmo, la indiferencia, la mezquindad, el qué me importa, el resentimiento...sale, todo eso sale en momentos extremos, en guerras injustas, en dolores que no son nuestros.
"Para que triunfe el mal sólo es necesario que los buenos no hagan nada " diagnosticó el liberal británico Edmund Burke ..." dice Silvia Pisani - pocas palabras para una frase tan fuerte.
El paso de los sin suerte, del que habla Silvia Pisani, avanza y lamentablemente todos formamos parte de la naturalización del drama, del mirar para otro lado. Todos. Yo, vos, el otro, el vecino, el que no sabe, el que sabe...
Las reuniones carísimas y las cumbres de países poderosos siguen llevándose a cabo, todos los días, aunque siguen sin saber qué hacer. Mientras las listas de ahogados se extienden por los pasillos y los eurodiputados las pisan, la realidad golpea fuerte a los sin suerte.