Alicante. 38 grados. 10.15 hs.
Hace mucho calor para ir a la playa. Bajo a la piscina del edificio para leer un rato al sol el último libro de Haruki Murakami.
Acomodo mi silla , me embadurno con bronceador protección diez mil, me planto el sombrero, los anteojos y hala! a leer.
Capítulo 6.
Me distraigo con la conversación de un matrimonio francés. Tema: la calidad de las papas españolas. Conclusión: las francesas son mejores (obvio)
Leo
Capítulo 7.
Un grupo de mujeres mayores llega. Abrazos, besos y gritos. Cantan sevillanas y bailotean, como pueden, llenas de alegría. Amigas-vecinas y vecinas-amigas de toda la vida. Veranean aquí desde que el edificio se construyó... es decir 1967. Se ven envejecer, se acompañan, todos hablan, nadie se escucha...salvo yo.
Sombrero, anteojos, salvavidas y al agua pato! todas al agua... como en el club. Todas al agua a conversar y contarse la vida durante una hora y más sin mover más que la lengua . Es la rutina. Todos los días. El remojo, el mercado, la misa, el abanico, quejarse del calor Dios mio! y jugar a las cartas en el café. Algún que otro churrito, unas tapas y vale! hasta mañana...
Me entero de sus citas con los médicos, de los morrones asados, de la próxima reunión de consorcio, de los que deben expensas, del marido de una y de otra y sobre todo me entero de las nueras... las nueras que mejor perderlas que encontrarlas.
Llego, pese a todo el barullo, al capítulo 8.
Leo...pero me distraigo otra vez con una joven mamá y su niña, muy mona. Las dos juegan en el agua encantadas de la vida. La joven mamá empieza a recitarle un verso mientras chapotean. Una dulzura.
"Un ratoncito sube, sube, sube
un ratoncito sube y hace cosquillas....
La niña se ríe a carcajadas
Una ardillita sube, sube, sube
una ardillita sube y salta pluf! al agua!! - dice la mamá
La niña se ríe a carcajadas
Un ratoncito sube, sube, sube
un ratoncito sube y sube y se larga 4 peditos
Una ardillita sube, sube, sube
un ardillita sube y sube y hace caquita sobre la niña...."
La niña sigue riéndose a las carcajadas...y yo vuelvo a mi capítulo, sorprendida por esta poesía de verano. Esto me pasa por escuchar conversaciones ajenas. Parece que nunca me hubieran enseñado que eso no se hace sino uno no quiere desilusionarse.