Esta es la frase que Martin Caparrós repite cada tanto en su libro EL HAMBRE y es con esta frase que me quedo al terminar las 605 páginas de este libro "incómodo y apasionado" como bien anuncia su contratapa.
Este libro me dejó con el sabor amargo de preguntarme si de algo sirven las donaciones que, con las mejores intenciones, hago. Si sirve pensar en el hambre del mundo mientras nos quejamos de lo poco maduro que venden los kiwis en los supermercados, si sirve la admiración por MSF y otras asociaciones que nos hacen, en cierto modo, limpiar nuestra culpa... si porque todos somos culpables de EL HAMBRE.
"...usted, lector amable, tan bienintencionado, un poco olvidadizo, ¿se imagina lo que es no saber si va a poder comer mañana? Y, más: ¿se imagina cómo es una vida hecha de días y más días sin saber si va a poder comer mañana? ¿Una vida que consiste sobre todo en esa incertidumbre, en la zozobra de esa incertidumbre y el esfuerzo de pensar como paliarla, en la presencia persistente de esa incertidumbre? ¿Una vida tan restringida, tan cortita, tan dolorosa a veces, tan peleada?...." - Martín Caparrós
Antes de guardarlo en la biblioteca, lo hojeo varias veces y veo que marqué páginas, subrayé párrafos enteros, resalté datos, cifras e historias de hambre, de miseria como si no quisiera olvidarlas.
"...usted, lector amable, tan bienintencionado, un poco olvidadizo, ¿se imagina lo que es no saber si va a poder comer mañana? Y, más: ¿se imagina cómo es una vida hecha de días y más días sin saber si va a poder comer mañana? ¿Una vida que consiste sobre todo en esa incertidumbre, en la zozobra de esa incertidumbre y el esfuerzo de pensar como paliarla, en la presencia persistente de esa incertidumbre? ¿Una vida tan restringida, tan cortita, tan dolorosa a veces, tan peleada?...." - Martín Caparrós