Hoy encontré una nota en la revista ARQ CLARIN. El título: ¿Juegos de plaza eran los de antes? Me llamó la atención.
Por supuesto la nota habla de los nuevos juegos que hay en el Parque Centenario, Parque Isla, Lezama y otro espacios de Buenos Aires.
"Las hamacas y los subibaja de otros tiempos ahora le dieron lugar a espacios con pisos de goma, caños, esferas y sogas" - dice Berto González Montaner, autor de la nota y editor de la revista.
Era cantado que una nota así me llevaría hasta las plazas de mi infancia, de mi vida, las plazas que compartí con mis hijos.
Recuerdo que todas tenían nuestro propio nombre, primero con mis hermanos, luego con mis hijos.
La Plaza-Jardín de los Maestros era "la del mástil", la Plaza Libertad era la "de las bajaditas" , la plaza del Congreso , la de las palomas. La plaza San Martín, la del diario (por la cercanía con el diario La Nación donde trabajaba mi padre), la plaza Alemania, era "la de las bici" porque era donde alquilábamos bicicletas... Después vinieron la Plaza Vicente López, Plaza Francia en mi época semibohemia, que debo confesar que duró lo que un suspiro...
Cuando los chicos llegaron, mis chicos, llegó "la plaza de los barquitos" por el jardín de Luxemburgo, el de la calesita y los guignol por el jardín de Ranelagh, "la plaza del museo de los animales" por el jardín de plantas y su museo de Historia Natural...la cabaña y el lago de nuestro jardín birmano, el manzano mágico de otra de nuestras casas...
¿Y hoy? Hoy es más simple. Solo es "voy a pasear al perro por Barrancas". Por ahora no necesito juegos ni sobrenombres . El programón de ir a las hamacas seguramente volverá algún día.
Parque Centenario - Buenos Aires |
...Qué programón era ir a las hamacas. Esas comunes, con asiento de madera y cadenas. Y cuánto folklore había en torno a ellas. Quién no escuchó que alguien contó que vio un chico dando toda la vuelta. Había mucho de competencia, ver quién llegaba más arriba. También quién llegaba más lejos dejándose expulsar desde lo alto. Había mucho de técnica para lograr altura. Que tirar el cuerpo bien para atrás y luego extender las piernas, casi como haciendo fuerza, para lograr más envión. ¿Y hamacarse parado? Ja, ¿qué tal? Esas eran algunas de las proezas que hacíamos sobre el columpio....
"Las hamacas y los subibaja de otros tiempos ahora le dieron lugar a espacios con pisos de goma, caños, esferas y sogas" - dice Berto González Montaner, autor de la nota y editor de la revista.
Era cantado que una nota así me llevaría hasta las plazas de mi infancia, de mi vida, las plazas que compartí con mis hijos.
Plaza Vicente López - Buenos Aires |
Recuerdo que todas tenían nuestro propio nombre, primero con mis hermanos, luego con mis hijos.
La Plaza-Jardín de los Maestros era "la del mástil", la Plaza Libertad era la "de las bajaditas" , la plaza del Congreso , la de las palomas. La plaza San Martín, la del diario (por la cercanía con el diario La Nación donde trabajaba mi padre), la plaza Alemania, era "la de las bici" porque era donde alquilábamos bicicletas... Después vinieron la Plaza Vicente López, Plaza Francia en mi época semibohemia, que debo confesar que duró lo que un suspiro...
Cuando los chicos llegaron, mis chicos, llegó "la plaza de los barquitos" por el jardín de Luxemburgo, el de la calesita y los guignol por el jardín de Ranelagh, "la plaza del museo de los animales" por el jardín de plantas y su museo de Historia Natural...la cabaña y el lago de nuestro jardín birmano, el manzano mágico de otra de nuestras casas...
¿Y hoy? Hoy es más simple. Solo es "voy a pasear al perro por Barrancas". Por ahora no necesito juegos ni sobrenombres . El programón de ir a las hamacas seguramente volverá algún día.
Jardín de Luxemburgo - París |
Teatro en los jardines de Ranelagh |