" Los libros me hacían viajar por el vasto mundo - no sólo por los países lejanos, sino por el mundo de los pensamientos y las ideas".
Aung San Suu Kyi
Los que me conocen saben que he vivido en Birmania 6 años. Mucho antes que esta apertura llegara.Yo conocí la Birmania con libros prohibidos, ejemplares clandestinos, un único diario: The Ligths of Myanmanr, sin fax, sin acceso a internet ( muchísimo menos desarrollado que hoy) y con el control de los libros que uno podía arriesgarse a traer en su valija.
Por eso cuando leí una nota que salió a principios de año en COURRIER INTERNATIONAL cuyo título es: EN RANGÚN, LOS LIBROS LIBERADOS, me dio mucha alegría. Por fin tengo el tiempo de compartirla.

Pero ahora que la literatura está al alcance de la mano, las nuevas generaciones frente a la diversidad de entretenimiento, están menos interesadas en ella. "Es - dice Mary O'Shean, la autora del artículo - un combate entre el Facebook y Flaubert ".
Para atraer a los jóvenes, la revista literaria Shwe Amyu Tay, propone novedades literarias mechada con chismes de celebridades locales y la Sociedad de admiradores de la literatura birmana apoyará a las nuevas generaciones de escritores,generaciones que, supuestamente, escribirán sin censura.
Les recomiendo algunos libros. En español: el delicioso libro Crónicas Birmanas, La voz de las mujeres y un clásico inevitable Los Días de Birmania de George Owell. En francés los libros de mi amiga y compañera de aventuras en Birmania: Pascale Maret.