Hay cosas buenas en Buenos Aires. Una de ellas es recibir el diario los domingos en la puerta de la casa. Otra, visitar viejos
cafés. Otra, que en cualquier confitería haya diarios y revistas. Otra, y muy
buena, las medialunas y los tostados mixtos.
Hay cosas malas en Buenos Aires. Una de ellas es la suciedad de los baños de esas
confiterías y de esos bares, de esos cafés. Baños en los que uno se pregunta ¿si los baños están en este estado cómo estará la la cocina?
Cuando yo hacía mis primeras incursiones dentro del periodismo
gastronómico (hace 30 años y duró poco) los baños eran parte de mi táctica. Mi test empezaba por los baños. Delicadamente iba al baño para verificar su estado. Si el baño no estaba a la altura, seguramente el restaurante tampoco.
Y ahora que recupero "los cafecitos de Buenos Aires" el encontrarme a tomar un café con amigos, al darme una cita en un café para trabajar un rato, me doy cuenta que en Buenos Aires al menos han sabido conservar "la suciedad de los baños", tema histórico en la ciudad. No me refiero sólo al baño del viejo café (¿título de un tango?) histórico destartalado que uno se lo banca porque al menos uno piensa
que es parte de la historia. No. Le hablo de otros sin tanta historia.
Fui a uno de los locales de Maru Botana en pleno barrio de Belgrano, ¿El baño? un asquete. La heladería Volta del barrio de Belgrano: un asquete. Un café que ni me acuerdo como se llama en Libertador y
Juramento, en pleno barrio de Belgrano: un asquete…el de un café en la calle Moreno y Tacuarí, otro en ... otro en... otro en.... en fin, para seguir diciéndoles "asquete" mejor no enumero
más baños.
Señores gobernadores, señores intendentes, señores y señoras inspectores de la Municipalidad, señores dueños, señor alguien, alguien que oiga, que lea, si
ustedes quieren ganar mucha mucha plata (¡sin robar claro está! ) yo les aconsejo:
¡PONGAN MULTA POR BAÑOS SUCIOS!
Les aseguro que una ciudad como Buenos Aires que tiene un bar al lado del otro, un café al lado del otro; con
una multa por baños sucios pasaría a ser una de las ciudades ¡más ricas del mundo! Y, con un poco de suerte, quizá los propietarios se darían cuenta de que los baños también forman parte del negocio.