Lo bueno de un blog personal es que uno puede escribir sobre estas cosas. Las cosas que a uno le gustan y quiere compartir como esta noticia que leí en el suplemento de Turismo del diario La Nación del domingo 23 de septiembre del 2012. La autora es Teresa Bausili.
Algunos de ustedes quizá la leyeron, pero para los que no se enteraron, va un pedacito cortado a mi gusto
La propuesta se llama Bici Cine. Un juego de palabras entre el autocine de viejas épocas y el medio de transporte por excelencia del pueblo Carlos Keen .
El pueblo tiene un Centro Cultural , a cargo de Santiago Zurdo, que funciona en un viejo galpón de la estación de ferrocarril, el mismo que durante años sirvió de depósito de granos y cereales, y por eso se lo conoce simplemente como el granero. Hoy ahí se dictan diversos talleres.
Cuando Santiago se hizo cargo del espacio, en julio del 2008, el lugar era de una soledad que daba lástima.
"...pasaba mucho tiempo acá, sin nadie. Entonces pensé que en el pueblo no hay sala de cine y el centro tenía todos los elementos para proyectar películas..". Así, como una pantalla un proyector y un anfiteatro natural de pasto surgieron las primeras funciones gratuitas.
Cada viernes, al caer el sol, familias del pueblo de Keen, vecinos cercanos y turistas se juntan bajo las estrellas, se acomodan sobre el pasto y esperan en silencia hasta que se encienda la pantalla. Las películas son de géneros tan disímiles como Luna de Avellaneda, Río o los clásicos de Chaplin o Los Pitufos.
La película se anuncia unos días antes en redes sociales como en el sitio Facebook del Granero. A partir de marzo, las funciones se hacen puertas adentro del Granero y junto al calorcito de las estufas rusas de adobe y ladrillo.
Y en el verano, hay cine y espectáculos musicales (todos a la gorra) para promover el turismo porque Carlos Keen " parezca una postal congelada en el tiempo, lo cierto es que pasan cosas" - dice Santiago.
Me dieron ganas de ir. Ir al cine al aire libre ¡es un placer!
En Alicante, ciudad donde veraneo desde hace 25 años, hay uno. Se come, se habla, se comenta, se cambia de lugar cuantas veces uno quiere.
En el parque de Saint Cloud, a pasos de París, en el verano existe el ciclo "Films sous les étoiles" (cine bajo las estrellas) con el marco encantador del parque.
En Venezuela, la Posada 7 mares, tuvo la buena idea de proyectar cine con el ruido del mar de fondo...una maravilla más de la posada.
Ir al cine al aire libre tiene otra dimensión porque el entorno forma parte del espectáculo. Esto me hace acordar que escribí alguna vez un cuento del "cine de pueblo"... tengo que buscarlo... voy a buscarlo.