Si Damien Chazelle , director de BABYLON , quiso hacer una carta de amor al cine americano durante los años de transición del mudo al sonoro y también mostrar el lado más miserable de Hollywood, lo logra pero hay que saber que si uno NO quiere ver excesos, vicios, lujuria, libertinaje, mejor quedarse en casa mirando Netflix. La película dura algo más de 3 horas. Sinceramente no me pesaron, lo que si me pesó fue lo grotesco, el desorden, lo escatológico, el exceso de todos los excesos pero bueno... vayamos por parte. ME GUSTÓ la música, la producción fastuosa, el original final, Brad (como siempre impecable), Diego Calva y la secuencia en la que Margot Robbie participa de un film sonoro por primera vez. Me gustó la maravillosa escena que comparten Brad Pitt y Jean Smart con una simple conversación desgarradora y también la idea de ver todos los géneros del cine en un solo film. Sin embargo, la enumeración de estas buenas cosas no me convencieron como para salir satisfecha del cine. NO
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