Después de un viaje por Castilla (España) decidí confesar una "tara" mía (bastante reciente) que a muchos les parecerá bien insólita, y con razón, porque lo es: v isitar iglesias y catedrales me produce una gran angustia. La oscuridad, las imágenes, las estatuas, la inmensidad, la soledad me dan miedo, un poco de claustrofobia y más aún si son iglesias de las viejas viejas re viejas donde ni siquiera los vitrales pueden distraerme. Muchos me dicen que no es normal, que debería buscar la causa, las razones porque obviamente no es normal. Si... así es...debería...debería porque s eguramente con los años esta aprensión, inexplicable, infundada, extraña, se hará más y más profunda pero por ahora, y aunque les parezca una acto de masoquismo, me esfuerzo y me impongo entrar (a las que puedo) y visitar (lo que puedo) porque me gusta mucho viajar, porque me digo: Mujer ¡qué no puedes ser tan tonta!!! y p orque en Europa es muy difícil escaparse de estas grandes obras. Entonces, d
UN BLOG MUY PERSONAL